Rafa

En el silencio de mi cuerpo
podría hacer un valance del día en negativo
por que motivos para agarrar a la tristeza, me sobran.
Pero quiero aferrarme al momento integro
que vivio mi cuerpo
a las 13 del medio dia ,de hoy día 13 de octubre.

Cuando han pasado 12 años y un hombre me mira a los ojos fijamente
y me dice temblandole la voz ,
 que no recordaba mis rasgos
pero si los momentos
que vivimos junto a mi  a solas
no pude aguntar llorar de alegría.
Por primera vez en mi vida
 he llorado de alegría,
sin  que fuera de la mano de la tristeza.

Hace 12 años que experimente la sensación de cuidar de un remolino de niño,
con el único fin que sacarme un dinerillo
 con el que comprarme mis caprichos.
Se juntaron factores especiales,
factor de riesgo
 para una evulsión efervescente
que explotase sin motivos aparentes.

Niña  de 17 años con muchas inquietudes
con un novio que le iba la vida
con un afan por comerse la vida , que luego la dejo en el aire.
Sumada a niño  de 12 meses ,
con una mamitis ,que rozaba la locura
y que según crecia
cada instante era aventura
 sin saber cual era el resultado,
siempre impredecible.

Nos fuimos haciendo los dos
 superando asi la suma.
Recuerdo cuando tenía dos años y veiamos una pelicula de dibujos y mientras me tocaba el pelo
y yo entraba en el mundo de los sueños ,
 el chupo mi pelo ,como si fuera su tete
y asi nos encontraron sus papas.
O cuando le lleve a que conociera la única mascota que me regalaron , un conejo precioso
jajaj lo agarro por las orejas y lo zarandeaba , pequeño diablo .

O cuando coincidimos los dos en el mismo lugar de vacaciones
 y
llame a sus pàpas para ir a verlo
y corria como un loco
como si hiciera un instante que me hubiera visto.

Ahi personas que te marcan , y este pequeño diablo me marco.
creo que hasta el punto
que fue unos de los cominezos
 a que yo quisiera conocer la maternidad
a una edad temprana.


Pues bien hoy ocurrio,
nos creemos que el recuerdo de alguien
fisicamente es igual que el pasado
mi recuerdo se quedo
 en la imagen de aquel enano de tres años.

Hoy cuando su madre lo planto ante mi,
de frente y ese enano me sacaba una cabeza,
que no paraba de mirarme fijamente ,
y que cuando le afirme que no se acordaba de mi,
comienza hablar una voz varonil temblando
y me dice que no recuerda los rasgos de mi cara
pero si momentos fugaces que vivimos a solas.
Mi alma comienza a temblar por que fui tan importante en su vida
como lo fue el para mi.

Me hubiese encantado decirle tantas cosas
un largo cafe tocando sus manos y sabiendo cuales son ahoras sus inquietudes.
Pero dificilmente lograre volver a rozar su mirada.
Solo fui capaz de decirle que se cuidara mucho
por que las lagrimas en el estomago no permitían ninguna palabra más.

Pequeño diablo gracias por hacerme conocer algo grandioso despues de 12 años,
llorar de alegría.
Pequeño diablo Rafa, gracias por los momentos que me nos dimos .


Lucía.